La participación ciudadana en el urbanismo

46 curso de Urbanismo (2020-21)

Escuela Vasca de Estudios Territoriales y Urbanos, EVETU – IVAP

17 de junio 2021 conferencia de clausura en Bilbao a las 15:00 horas

Gracias por la invitación pues es una excelente oportunidad para formular y compartir reflexiones sobre las prácticas, que a menudo, por su frenesí, nos impiden contemplar a distancia y extraer los saberes que nos aportan.

¿Urbanismo es conflicto?

Sea quién tome la iniciativa (ayuntamiento, promotor, vecindario, organización social…) abrir un tema urbanístico, supone abrir un conflicto sobre la distribución de la propiedad y de los usos del espacio común, que por definición es limitado.

De ahí, la importancia de tomar conciencia de quiénes son los actores principales y qué tipo de participación hay que plantear para convertir el conflicto en oportunidad de mejora.

¿Qué debemos hacer para mejorar la participación colectiva?

Aprendemos a participar, tomando parte en planear nuestras ciudades y en evaluar los propios procesos. Sistematizando los elementos clave y aplicándolos críticamente en el diseño y ejecución de los procesos participativos.

Los valores, la idoneidad y los mecanismos de los procedimientos actuales

Los valores pueden estar muy desarrollados incluso ser grandilocuentes, pero a diferencia de las tecnologías físicas, normalmente la idoneidad y mecanismos de los procedimientos no están a la altura de los valores y objetivos, continúan siendo rutinarios, poco útiles para una participación colectiva de calidad.

Un proceso participativo puede tener diferentes objetivos: tomar decisiones más o menos concretas, establecer criterios generales o simplemente captar pareceres… Hay que tener y dejar claro su alcance antes de empezar, pues los procedimientos serán diferentes.

La ley actual sobre participación en el planeamiento se queda en escuchar opiniones: quién decide es la parte política.

Pero también tenemos un aumento de las oportunidades tecnológicas para participar y codiseñar propuestas (webs, apps …) complementando las sesiones presenciales.

Los resultados y posibles carencias

Las memorias participativas de los procesos de participación recogen evaluaciones, normalmente cuantitativas, para legitimar los resultados, pero convendría destacar los aprendizajes surgidos de éxitos y fracasos, para incorporarlos en saber hacer común, para transformarlos en conocimiento compartido.

La confluencia de participantes y su grado de influencia

La participación colectiva incluye todos los actores clave: ciudadanía individual y ciudadanía organizada, sea interesada en el bien común, sea afectada por el planeamiento, técnicos de la administración, grupos políticos y cargos electos; empresa lucrativas y no lucrativas; y, también redes sociales y medios de comunicación.

Cada actor aporta un conocimiento, que puede ser complementario y cada actor puede o debe ser más relevante en un u otro momento del proceso participativo. El poder de influencia de cada tipología de participantes en el resultado final no es el mismo. Hay que ser conscientes de ello y ponderarlos.

La participación no puede suplantar ni legitimar las responsabilidades de decisión de cada uno de los diferentes actores.

La defensa de lo individual frente a lo colectivo

Este es uno de los conflictos básicos de la sociedad, que se puede expresar con crudeza en el planeamiento, en tanto que un cambio de norma o de aplicación de la misma en un espacio puede mejorar o empeorar las condiciones de vida de sus habitantes, individual y colectivamente. El reto es encontrar soluciones win win, donde si no todos salen ganando, por lo menos que no sean solo unos, normalmente los menos favorecidos, los que salgan perdiendo.

El planeamiento requiere una mirada a largo plazo. La inmediatez puede actuar contra intereses poco relevantes a largo. No es únicamente un win-win ahora sino un win-win a futuro. Y no siempre es posible el win-win, hay que elegir.

Precisamente, asegurar la voz argumentada de los distintos actores es uno de los motivos y de los retos de la participación colectiva. Trasladar los pareceres recogidos al ordenamiento concreto lo hacen los técnicos con criterios políticos.

La participación, también en urbanismo, requiere seguimiento, evaluación y continuidad.

Las alegaciones, no son una participación suficiente: buscamos una participación con deliberación colectiva.

La legitimidad en la adopción de decisiones:

Y si bien, la legalidad debe ser el marco de cualquier planeamiento, la participación colectiva debe apuntar a que los procedimientos aseguren la máxima legitimidad de las decisiones adoptadas.

Para ello hay que idear y aplicar los procedimientos del proceso participativo con sumo cuidado.

  • La participación como una vía para construir un proyecto mejor, o como mera imagen.

Sin honestidad no hay legitimidad.

Los que inician un proceso de participación colectiva para planear la mejora del espacio urbano deben estar convencidos que realizar este proceso no sólo es una obligación legal.

Es un medio que, a pesar de las dificultades y conflictos que haga emerger, redundará en la construcción de un proyecto mejor.

Es un buen sistema de prevención de conflictos futuros.

  • La participación de todos los agentes que podemos identificar en la sociedad.

Ya hemos comentado que la participación colectiva incluye todos los actores clave, pero en cada caso, habrá que identificar los actores sin los cuáles, el proceso no tendrá legitimidad.

  • ciudadanía individual / ciudadanía organizada  

(desde distintas perspectivas: de género, de edad, de conocimiento, de cercanía, de procedencia, de influencia…)

  • sea interesada en el bien común
    • sea afectada (perjudicada o interesada) por el planeamiento
  • empresas lucrativas o especulativas; empresas no lucrativas, sociales, cooperativas..
  • lobbies / grupos de presión / medios y redes de comunicación social
  • técnicos de las administraciones implicadas
  • grupos políticos
  • cargos electos
  • consejos sectoriales, de planeamiento…
  • pleno municipal
  • La implicación de los actores desde el inicio hasta el final del proceso

Antes de iniciar un proceso, es deseable elaborar el plan contando con todos los actores para definir las reglas de juego de forma consensuada, con toda la información (necesidades, intereses, implicaciones) de los diferentes actores para poder afrontar mejor el proceso.

Hay que implicar a la ciudadanía en la definición de la ciudad más allá de los propios procesos exigidos por ley, llevando a cabo procesos continuos a nivel de barrio, comunidades, organismos e instituciones con la idea de crear ciudades inteligentes (smart cities) con ciudadanía “inteligente”, comprometida e implicada (smart citizens), que no es solo un uso de tecnología.

Tener en cuenta la ciudadanía en la implementación de los planes, no sólo en la definición inicial (diagnóstico), sino en todo el proceso. Y crear grupos de seguimiento de la puesta en marcha de los planes urbanísticos para evaluar su impacto, mejoras. Crear grupos ciudadanos permanentes comprometidos con el planeamiento urbano.

  • Establecimiento de quórums mínimos

La participación de distintos actores está muy determinada por los alicientes, costes y expectativas que supone el hecho de participar.

Antes de plantear quórums mínimos para dar “legitimidad” a procesos o consultas – que no se aplican en los procedimientos electorales representativos –  debemos asegurarnos que no hay trabas a la participación en el propio diseño y comunicación del proceso participativo para los actores clave: tipo de acciones participativas, horario y duración de las mismas, comunicación y preparación de las actividades, pluralidad de canales y formatos de participación, metodologías deliberativas, dinamización ágil y equitativa…

  • Establecer límites a la participación según la cualificación.

Un lenguaje técnico adaptado a procesos multi-actor es más importante que limitar la participación general según la cualificación. Esto no impide crear espacios “sectoriales” para diferentes públicos, que permitan la participación en su propio lenguaje, partiendo de su experiencia y conocimiento: vecindario, escuelas infanto-juveniles y universitarias, colegios profesionales, organizaciones sindicales y empresariales…

  • La financiación o el voluntarismo de la participación ciudadana.

Hay que plantearse seriamente hasta donde las diferentes condiciones económicas (=disponibilidad de tiempo) de cada actor que toma parte en el proceso está condicionado la legitimidad de los procedimientos y de los resultados.

La elaboración de un plan urbanístico, tema tan transcendente para la vida de miles de personas que durante muchos años comportará importantes inversiones y costes económicos, sociales y ambientales, bien vale una buena dotación presupuestaria.

No solo para los equipos técnicos que deben redactarlo, sino también para organizar el proceso de participación colectiva que debe orientarlo y legitimarlo. Y esto incluye dotar de igualdad de oportunidades a los distintos actores para que puedan tomar parte, evitando la brecha no solo digital, sino también la de disponibilidad de tiempo que, en nuestra sociedad, se facilita, con la retribución del mismo.

  • Las resistencias que todo proceso participativo puede provocar

Para poder pasar del miedo al fracaso al aprendizaje de los errores, debemos aceptar que cada actor (o grupo de actores) implicado en el proceso, puede tener, al inicio, unas resistencias o reticencias hacia el propio proceso participativo.

Ámbito político: preocupación por una supuesta pérdida de poder de decisión y de daños electorales.

Ámbito técnico: sensación de un aumento desmesurado de su trabajo o sus tareas; cuestionamiento de sus conocimientos y experiencia

Ámbito ciudadano: desconfianza – fundada en el pasado- hacia “intenciones ocultas” del ámbito político-económico, y en ellos mismos que se pueden ver como “clientes” de unos servicios del ayuntamiento, en lugar de co-protagonistas.

Hay que reconocer estas resistencias y convertirlas en aprendizajes colectivos con cambios de mentalidad basados en la experiencia, reforzando así la legitimidad del proceso de participación colectiva.

Espero que estas reflexiones puedan ayudarles a tomar mejores decisiones.

I Cimera contra la Corrupció

Presentació

La corrupció com els virus, és bastant invisible; només en veiem alguns casos, però tots en patim conseqüències nefastes per a la vida privada i per a la vida pública.

Quan veiem la corrupció com una epidèmia, comencem a reaccionar, però no ho hem fet amb la velocitat i la contundència que ho fem davant d’un virus.

Què tenen en comú les desenes de brots de corrupció que any rere any ens pertorben? Hi ha algunes causes estructurals que fan que es reprodueixin? Tenim la voluntat d’identificar-les i de cercar-hi remeis?

En la darrera dècada, uns i altres, hem començat a bastir una xarxa protectora legal, institucional i social contra la corrupció. Però sabem que cal afinar-la més i cal aplicar-la millor.

Per això ens hem trobat. Per avaluar la feina feta i per identificar quines són les propostes prioritàries per lluitar efectivament contra les causes evitables de la corrupció i contra les causes de la impunitat quan aquesta es produeix.

L’equip i les entitats de l’Observatori Ciutadà Contra la Corrupció (O3C) agraïm el Parlament de Catalunya que aculli aquesta I Cimera contra la Corrupció.

I també agraïm que, malgrat les circumstàncies, hem aconseguit la participació conjunta, com a fet inèdit, no sols dels grups parlamentaris sinó també d’organismes de control, d’entitats ciutadanes i del Govern de la Generalitat.

Aquesta Cimera és el resultat de l’esforç perseverant d’una ciutadania activa que mostra que hi ha vies de participació política més enllà d’anar a votar de tant en tant.

Però també, i sobretot, és el resultat d’haver pres consciència que cap dels actors institucionals, partidaris o socials podem, tots sols, afrontar les causes estructurals de la corrupció.

Som conscients que, sense afinar i prioritzar mesures que puguin combatre aquestes causes, continuarem lamentant-nos de nous casos, que seguiran minant la legitimitat de la democràcia i minvant els recursos disponibles per afrontar les necessitats de la societat.

Sabem que està en les nostres mans fer que la corrupció cada vegada sigui més difícil i, sobretot, que no resti impune, penalment, moralment i econòmicament.

Equip O3C – Observatori Ciutadà contra la Corrupció

17 juliol 2020

Canvi de rumb, la crisi com a oportunitat

Procés participatiu. Què estem aprenent amb la crisi del coronavirus?

Aprofitem el recés de setmana santa per fer les nostres aportacions individuals o familiars.

Res no serà igual, no serem els qui érem.

La normalitat no serà la mateixa.

Ens hem adonat que un altre món és necessari i, estem veient que és possible;

que la “normalitat” és part del problema.

Estem vivint, uns dies, unes setmanes, confrontats amb nosaltres mateixes,

hem vist com de relatives són les nostres necessitats habituals.

Ens hem enfrontat a la mort i moltes coses han esdevingut supèrflues.

Per a algunes, viure amb la malaltia o atenent els serveis bàsics està essent molt estressant.

Per a d’altres, viure sense ingressos, amb la incertesa més absoluta, també és molt inquietant.

Per uns pocs, viure sense terminis, sense presses, al dia, és l’experiència de la bona vida.

Hem testat la diferència entre el ben-estar i el ben-viure. Renunciarem al ben viure?

La crisi és trencament i, per això, la crisi és oportunitat de viure millor, de repensar-ho tot.

El trencament porta patiment, dolor, incertesa…

però també allibera, obre, trenca la porta que semblava per sempre tancada.

Mai no hauríem pogut imaginar una aturada general, tothom reclòs a casa, carrers buits,

connectats amb el veïnat quan ens ajudem, aplaudim o cantem al barri.

La crisi posa en evidència la fragilitat o fortalesa de les nostres relacions,

amb mi mateix, amb els altres propers i amb els altres llunyans.

Les enforteix en cultivar-les amb amor,

les afebleix quan posa al descobert la superficialitat dels vincles.

La crisi ens dona temps, molt de temps, per clarificar i, si cal, refer les relacions.

A crisi total, oportunitat total.

Com veiem des del confinament les nostres rutines habituals?

Desitgem tornar-hi o albirem que un canvi ens faria viure millor?

Tenim l’oportunitat de fer una vida, un país, un món més habitable per a tothom.

Tenim l‘oportunitat de repensar l’estudi, la feina, la convivència, el menjar i el beure,

tenim l’oportunitat de repensar la política, l’economia, la religió, la comunicació, el sexe,

el treball, l’oci, la relació amb la natura i la relació amb les altres cultures.

Però també tenim l’opció, per inèrcia, de no aprofitar l’oportunitat

i de deixar la sortida de la crisi en mans dels qui n’esperen treure profit,

endeutant-nos més, controlant-nos més, empobrint-nos més,

amb més concentració de riquesa i de poder en molt poques mans.

Hem aprés que res no sabem, que l’altivesa ens ofusca,

que només amb humilitat i fermesa podem fer un món més habitable per a tothom.

Hem après que hi ha molta mentida, manipulació, interessos encoberts,

que no sempre podem confiar en els grans dirigents ni les grans institucions…

que es mouen per altres objectius que el del bé comú.

Ens queden unes setmanes per organitzar la revolta o per a re-acostumar-nos a la normalitat.

Ni creixement ni desenvolupament poden continuar sent els objectius d’un planeta limitat.

Podem confiar en una economia depredadora al servei dels interessos d’una oligarquia planetària que juga a crear diners ficticis, malgrat els deutes per als pobles i la gent són ben reals?.

Ens cal cercar l’equilibri amb el cosmos, amb l’entorn, amb la Mare Terra, equilibri amb els altres, amb nosaltres mateixos. Aquest equilibri és la Vida. Quan trenquem aquest equilibri provoquem violències i les seves conseqüències.[1]

Prepareu la independència nacional amb la independència econòmica: l’únic interès de l’economia, no és el desenvolupament econòmic, sinó el desenvolupament de la persona humana, la seva pau interior, l’elevació de la seva ànima, el seu alliberament. Recordeu que la persona humana és sempre més gran que el que fa, més preuada que el que té. Suprimiu la misèria, cultiveu la sobrietat. (Gandhi)

Aquesta crisi és un avís, una alarma; ens permet redreçar, canviar el rumb d’una civilització planetària que ha perdut el nord. Si no escoltem la seva advertència, si no aprofitem l’impuls d’aquest canvi, la propera serà molt pitjor.

Ens cal fer un manual de supervivència per a un vaixell que s’enfonsa.

Què salvaríem del món que s’enfonsa? Quins són els canvis que necessitem? Vols compartir-ho?

Què estem aprenent amb la crisi del coronavirus?

  1. Sobre les causes directes i indirectes de la pandèmia
  2. Sobre la prevenció i el tractament
  3. Sobre els canvis en l’estil de vida personal i col·lectiu
  4. Sobre les possibles conseqüències destructores
  5. Sobre les possibles oportunitats de millora
    1. Sobre el sistema econòmic
    1. Sobre el sistema polític
    1. Sobre el sistema de salut
    1. Sobre el sistema educatiu
    1. Sobre els sistemes de comunicació
    1. Sobre el sistema ecològic
    1. Sobre la civilització hegemònica
    1. Sobre la cultura i la producció cultural
    1. Sobre el pensament, el coneixement, la ciència…
    1. Sobre els valors, l’ètica, les religions..
    1. Sobre altres àmbits… (indica quins)

Envieu les idees abans del 19 d’abril a aquest formulari. Rebreu els resultats a final de mes.


[1] Resposta de Guaranís a Adolfo Pérez Esquivel sobre com anomenen el desenvolupament. Recollit per Louis Campana.