Dossier4. Modelos, obstáculos y estrategias de transformación social. Escoger la sociedad que queremos (en PDF)

1. Ensanchar la visión: Modelos alternativos de organización social
Estamos acostumbrados a hablar solamente de los modelos capitalistas y comunistas
como formas de organizar el mundo pero hay gente que, viendo que las cosas no marchan
bien con ninguna de estas formas, se ha dedicado a elaborar, sobretodo de forma teórica pero
a veces también práctica, diferentes modelos de organización social. El Estado estético de J.
Pujol; el Socialismo del siglo XXI de H. Dieterich; la Economía Noviolenta de Ruskin, Gandhi y
Schumacher; la Eutopía de M. E. Firmenich; la Economía distributiva de Jacques Duboin; el
Modelo sólido de Casals y la Moneda telemática de Chalaux, fueron algunos de los modelos
estudiados por el grupo Nova Terra durante el mes de diciembre. Nuestra metodología de
trabajo fue un análisis personal del modelo elegido y una exposición apoyada por una
presentación, enriquecida posteriormente por preguntas, críticas, dudas y aportaciones.
Sociedad transparente de Agustí Chalaux de Subirà
Según Agustí Chalaux tanto el estado de derecho como la equidad económica, ambos
proclamados formalmente por la cultura occidental, son imposibles de conseguir bajo el
sistema monetario vigente. Por ello propone la implantación de un único instrumento
monetario legal: la factura-cheque pro-telemática, exhaustivamente informativa y clarificadora
de todos los actos monetarios ocurridos en cada momento. Con esta moneda telemática nace
la posibilidad de una sociedad donde la corrupción y los crímenes económicos se hagan
instrumentalmente imposibles.
Pero es que además Chalaux señala que la moneda telemática puede llegar a ser un
instrumento, al mismo tiempo, de responsabilización documentada y libertad de acción, de
solidaridad social y libertad personal, de creación de riqueza y redistribución de los
excedentes, de separación y libre elección personal entre actividades mercantiles (con ánimo
de lucro) y actividades comunitario-liberales (sin ánimo de lucro), de centralización informativa
(visión global) y descentralización de acción (entes libremente confederados según el principio
de subsidiariedad), de cuantificación de los materiales y energías disipados o degradados y de
recaudación de fondos para su protección o sustitución.
Se podría decir que con la moneda telemática de Chalaux llegaría la tan necesitada
transparencia responsabilizadora en el terreno económico.
El estado estético de Andreu Junoy Pujol
Según Andreu Junoy existe una contradicción entre el nivel de conciencia desarrollado
por el ser humano y las condiciones socio-económicas que no le permiten aplicarlo. El modelo
propuesto por Junoy propone superar las contradicciones en que ha caído el individuo y
recuperar la normalidad que corresponde al momento evolutivo de la especie humana.
Normalidad, que exige y ha de comportar un cambio de estadio: las estructuras sociales
actuales han de dar paso a unas nuevas relaciones sociales y productivas. Normalidad para el
ser humano que ha de representar, reconocerse y ser persona en lugar del individualista de
hoy en día.
Para lograr esta normalidad sería necesario, en primer lugar, despertar la conciencia
individual, en el sentido de aflorar el nivel de conciencia adquirido hasta este momento de la
evolución, lo que ha de llevar a superar el estadio de individuo aislado para reconocerse
persona y así poder decir “basta” a una realidad que no le corresponde. En segundo lugar se
necesitan crear unas nuevas condiciones materiales y de vida mediante las cuales el ser
humano pueda mostrarse y ser persona en sociedad. Es decir superar la civilización de los
individuos para alcanzar la civilización de las personas.
Junoy propone demostrar a la sociedad mundial que el cambio de civilización es ya no
sólo necesario sino posible, por ello la propuesta concretada en el segundo objetivo está
pensada para cualquier país en el que sus gobernantes hayan asumido la categoría de
personas y se decidan a adoptar el modelo de producción no represivo y de organización social
no condicionante que el trabajo ofrece.
El socialismo del siglo XXI de Heinz Dieterich Steffan
Según su autor, el socialismo del siglo XXI es un nuevo proyecto histórico de los
ciudadanos del mundo para sustituir la sociedad capitalista por la democracia participativa.
Para conseguir esto es necesario movilizar las reservas intelectuales, morales y materiales de
la sociedad global en favor de la civilización postcapitalista y solamente así se conseguirá
vencer a las élites que, para beneficiar sus intereses egoístas, han secuestrado la democracia
real y la economía solidaria. Nos encontramos en un momento histórico muy óptimo para
realizar dichos cambios ya que herramientas como Internet o las posibilidades del correo
electrónico son alguno de los medios tecnológicos que permitirán construir el movimiento
global de abolición del capitalismo.
El modelo del socialismo del siglo XXI debería estar basado en una ecuación donde el
valor (precio) del producto, se vinculara a la equivalencia sobre los tiempos de producción y a
la democracia participativa. Además, la redistribución y los cambios a nivel de educación
deberían recoger los intereses reales de las personas que estructuran y definen los sistemas
político-económicos.
Se podría decir que el socialismo del siglo XXI es la ampliación y profundización de la
democracia participativa, donde las dimensiones de lo cotidiano, lo estético y lo racional-crítico
deben estar incorporadas al cambio social.
El autor entiende que la democracia participativa supone la capacidad real de la mayoría
ciudadana de decidir sobre los principales asuntos públicos de la nación. También supone la
ampliación cualitativa de la democracia formal, en la cual el único poder de decisión política
reside en el sufragio periódico por partidos-personajes políticos. Además señala que en la
democracia participativa, dicha capacidad no será coyuntural y exclusiva de la esfera política,
sino permanente y extensiva a toda las esferas de la vida social, desde las fábricas y los
cuarteles hasta las universidades y medios de comunicación. Este tipo de democracia supone
el fin de la democracia representativa y su superación por la democracia directa o plebiscitaria.
Heinz Dieterich Steffan encuentra la aplicación práctica más directa de su modelo, en el
proceso revolucionario de Venezuela y, en menor medida, en los procesos de Bolivia y Ecuador.
Dieterich es asesor, en Venezuela, del gobierno bolivariano de Hugo Chávez.
Economía no violenta de John Ruskin, Mohandas K. Gandhi y E. Fritz Schumacher
Este modelo propone, por un lado, una relación colaborativa entre empresarios y
trabajadores. Esto supone un salario justo para garantizar una vida digna al trabajador, pero
también supone que el empresario interiorice su función social, esto es, producir para la nación
y no para hacerse rico.
Por otro lado se propone una economía participativa en el gobierno del territorio a
través de los consejos del pueblo donde la gente tendría que construir su autonomía desde los
centros de poder y donde cada individuo estuviera dispuesto y preparado para trabajar en
beneficio del pueblo y su comunidad.

También apuesta por una producción “desde las masas” en vez de una producción “en
masa” que es violenta, destruye el medio ambiente y deshumaniza a los trabajadores. La
producción desde las masas supone dignidad, contacto con el otro, valoriza el tiempo y la
fuerza de una población numerosa (como en muchos países de la periferia). Esta producción
desde las masas es además compatible con la descentralización y las leyes de la ecología.
Para este modelo es también crucial la educación ya que ésta da a la gente la capacidad
de comprender el mundo y su papel en el sistema. Si no comprendemos el mundo, si el mundo
es ininteligible lo que se suele crear es enajenación, así que es necesario que la educación dé
los elementos necesarios para comprender el mundo, ya que solamente cuando el mundo es
inteligible, es posible crear un sentido de participación en la gente.
Eutopía de Mario Eduardo Firmenich
A pesar de lo que pueda dar a pensar el nombre de este modelo, Eutopía (la tierra del
bien) no trata de construir una utopía, sino como señala su autor, Firmenich, se trata más bien
de reconstruir un modelo factible de progreso económico y justicia social para el mundo de las
próximas décadas, con bases científicas y técnicas sólidas, diferentes a las que prevalecen
actualmente. Esto implica formular una teoría consistente que fundamente un modelo
alternativo de organización social, y un conjunto de políticas sociales y económicas capaces de
construirlo y administrarlo de manera sostenible. Si se asume el desafío teórico, político-
técnico y ético que conlleva la Eutopía, esta tierra del bien se puede efectivamente construir.
Este modelo pretende estructurar una alternativa al modelo neoliberal (paradigma del
pensamiento único) que sea capaz de recuperar la solidaridad y la justicia social. Pretende
además colaborar en la construcción de una globalización socialmente justa, económicamente
eficiente, políticamente pluralista y ecológicamente sostenible.
Entre otras cosas el modelo propone reestructurar la familia y reorganizar la ocupación
social del espacio geográfico, descentralizando las megalópolis y construyendo viviendas aptas
para la convivencia entre ancianos, adultos, jóvenes y niños. La Eutopía pretende además que
el centro de la economía sea el ser humano y que el dinero se subordine a su calidad de
instrumento.
El modelo sólido de Joan Casals
El modelo sólido de Joan Casals plantea una serie de alternativas de reforma del
sistema capitalista actual y considera las crisis económicas como fenómenos estructurales que
exigen, más que nuevas reglas, unos nuevos instrumentos de juego. Sus propuestas deben
entenderse dentro del contexto de las graves y progresivas disfunciones que, según él, se
manifiestan no sólo dentro del sistema económico, sino también dentro del político, con
notables repercusiones sobre el sistema cultural.
El Modelo Sólido ofrece un marco de referencia y unos instrumentos para una
autoreforma viable del sistema actual en los aspectos económicos, social, ecológico, político y
cultural. Los objetivos del Modelo Sólido son: conseguir el progreso económico continuado y
sostenible y tender a la plena ocupación, frenando la especulación, sobre todo la inmobiliaria y
la financiera; llegar a un pacto garantizado sobre el ahorro actual y su distribución futura,
entre todos los que contribuyen al proceso de desarrollo; proteger la Naturaleza como
condición para un desarrollo sostenible; escoger la tierra como patrón monetario; mejorar la
competitividad por haber abaratado el factor trabajo; introducir la visión política institucional a
largo plazo y recuperar los políticos no profesionales; reducir el intervencionismo coyuntural
del Estado y que éste sea más legislador de normas estructurales; redefinir el concepto de
propiedad, incluyendo que el propietario tiene unos deberes que le obligan a ser responsable,
a cuidar su posesión, sin abusar ni abandonarla.
Economía distributiva de Jacques Duboin
Según Duboin, el cambio tecnológico (la sustitución del ser humano por la máquina) ha
provocado una crisis ya que ha creado una desconexión entre producción, ganancia y
redistribución (salario) provocando así desempleo y disminución del consumo. Según el autor
para superar la crisis es necesario una redistribución.
Es por eso que Jacques Duboin propone tres cambios: 1) La creación de una renta
social para todos los miembros de una sociedad; 2) Este salario universal debería ir
acompañado de un nuevo contrato social que uniera a los miembros de la sociedad y definiera
derechos y deberes; y 3) Para la realización de este nuevo sistema, es necesario crear una
moneda ”distributiva” gestionada públicamente.
Las medidas propuestas por Duboin para alcanzar estos cambios son, por una parte, la
realización de una educación popular en torno a los ámbitos económicos, a través de la revista
La Grande Relève y otros medios de información popular. Por otra parte el autor también
propone la existencia de una organización política como La liga por el derecho al trabajo y el
progreso social con su correspondiente programa. Tambien señala la necesidad de un periodo
transitorio para realizar los cambios estructurales (renta social, contrato social y moneda
distributiva), y por último vendría la regulación de la redistribución y de la sociedad de la
abundancia.
Según Duboin la renta social conectará la producción y la redistribución de las riquezas
y esto permitirá reactivar el consumo.. Además la renta social también permitirá el acceso de
todos a los productos. El autor señala que será imposible vivir en la sociedad de la abundancia
y ser pobre. El nuevo contrato social permitirá además consagrar una parte del tiempo para el
bien común y otra para ocios y saberes.